jueves, 31 de marzo de 2022

La reflexión de hoy de Teófilo Quico Tabar

 

Muy pocos en Salcedo recuerdan lo que era La Estación

Teófilo Quico Tabar

Muy pocos en Salcedo recuerdan lo que era La Estación. Me referí la semana pasada al desarrollo que se ha producido en muchas ciudades provincias, municipios, secciones, parajes, pero sin tomar en cuenta aspectos que de alguna manera permitieron que desaparecieran cosas que en algún momento lo identificaban, marcaban o le daban una característica particular. Que podrían ser parte de su atractivo en el futuro. Ese futuro, que aunque muchos no se hayan dado cuenta se ha convertido en presente.

Mi generación, nacida y criada en Salcedo, y los que por razones familiares o particulares estuvimos desde pequeños ligados a actividades que obligaban a visitar dichos lugares, por cuestión deportiva o simplemente por travesuras juveniles, jamás podremos olvidar un lugar que representaba un punto muy particular en nuestro pueblo: La Estación.

La Estación era el lugar de parada del ferrocarril. A la salida hacia Villa Tapia rumbo a La Vega. Ahí llegaban los viajeros y quienes llevaban productos comerciales. Pues había en Salcedo y zonas aledañas algunos compueblanos que llevaban cargamentos de café, cacao, copra de coco, cera, higuereta, etc., en carretas tiradas por mulos y en camionetas. Y menciono esas actividades porque siendo un muchachito acompañe a mi papá en esas faenas.

Muchos muchachos de la época tuvieron el privilegio inolvidable de verlo y montarlo. De saborear los pastelitos de La Cabulla. De poner, dirigidos por los más expertos, los oídos en los rieles para saber si venía el tren.

Pero con el paso del tiempo la Estación quedó solo como un nombre y un recuerdo para unos pocos, puesto que hoy, muchos de los habitantes de la provincia no lo recuerdan o no lo saben. Solo quedan unos muros, según recuerdo, en la cercanía de la casa de los Toribio. Pero cuando les hablo a algunos de nuestra querida provincia, que podrían ser nietos sobre la Estación, conocen muy poco de eso.

Sé que un grupo de salcedenses amigos y conocidos que mantienen permanente contacto a través de las redes, hablan del tema con mucho más profundidad que yo, pues salí de allá más temprano. Entre ellos el Dr. Sombe Florencio y el periodista y escritor Rafael Santos, quienes viven en la ciudad natal. Imagino que al igual que yo, haciendo esfuerzos por mantener vivos recuerdos que debieron ser tomados en cuenta al producirse el desarrollo y dejar algo más que huellas que se van borrando.

Luego que desapareció el Ferrocarril, en esa área circundante se instaló un play de pelota. Por ahí pasaron muchos jóvenes que luego se convirtieron en profesionales conocidos, entre ellos los hermanos Rivas. Y cuando íbamos a practicar o a ver un juego de beisbol, todo el mundo decía, en el play de la Estación. Igual ocurrió cuando se construyó el hospital, que el punto de referencia para que la gente supiera la localización era la Estación.

El progreso puede y debe existir, pero no necesariamente borrando vestigios de lo que sirvió de puente entre el ayer y hoy. Henry Acosta mi gran amigo y hermano recuerda con nostalgia cuando vivía en Castillo y viajaba en el ferrocarril hasta Salcedo. Llegando a la Estación.

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