Encuentros y desencuentros con el merengue se realizan cíclicamente en el país, pero con la ausencia de sistematización institucional y sin tomarse en cuenta las conclusiones de las actividades anteriores, llámense encuentro, taller, seminario o congreso. Nosotros presentamos hace varios años una propuesta para la creación de “La Casa del Merengue” en el encuentro internación organizado por Darío Tejeda y el Centro León en el 2006 y nada ha ocurrido. El Ministerio de Cultura no ha tomado en toda su historia al merengue como centro de investigaciones y debates, solo han brillado los aportes individuales de Chaljub Mejía, Darío Tejeda, Paul Austerlitz, los aportes del Instituto de Estudios Caribeños (INEC) y del Centro León.
En 1976, después de dos años de investigaciones sobre el merengue y la música popular dominicana, el grupo musical experimental de Nueva Canción “Convite”, presentó en Casa de Teatro un recital-fórum sobre el merengue. Esta actividad, después de un recorrido por diversos ritmos musicales del folklore dominicano, planteó como hipótesis varios planteamientos para la discusión que realmente nunca ha ocurrido.
En este Recital-Fórum, Convite levantó como provocación algunas hipótesis para el debate:
“Las diversas expresiones rítmicas a nivel musical del folklore dominicano (Sarandunga, Bamboulá, Congo, Guloya, Pri-Prí, Canga Mulanga, Palos, Salves etc.) están invisibilizadas, sobresaliendo el merengue como la expresión musical más popular del pueblo dominicano.
El merengue tiene una presencia internacional (Puerto Rico, Haití, etc.), pero el merengue dominicano tiene su propia identidad, donde incluso algunos investigadores han planteado la hipótesis de la existencia de diversas modalidades de merengues en el país.
El merengue es un producto popular, creado por músicos no académicos, llevado luego al pentagrama por músicos profesionales que definieron un modelo de merengue, redefinido al ser orquestado.
Que en este modelo, el Paseo, para algunos obra del maestro Arté, fue una estrategia para introducir el merengue a los salones, tomando como base ritmos europeos de la época como la contradanza, vals, Porka, etc.
El Jaleo, para Convite es la introducción de cantos de trabajo.
El merengue propiamente dicho es un ritmo de fusión donde prevalece la herencia africana.
Igualmente ocurre con la presencia de técnicas corales del sólo y la respuesta.
Que a nivel de cambios, lo más trascendente ha sido la desaparición del Paseo, el movimiento más acelerado y la introducción de nuevos instrumentos musicales”.
Han pasado más 40 años y estas hipótesis nunca han sido debatidas ni nadie nunca las ha tomado en cuenta para nada. Lo mismo ha ocurrido con las propuestas de Convite presentadas en el “Encuentro sobre el Merengue” organizado en 1978 por Gloria Guerrero y el apoyo de Freddy Beras Goico y Yaqui Núñez del Risco.
En ese encuentro fue ponente Johnny Ventura, Manuel Rueda, Dagoberto Tejeda, Fradique Lizardo y Juan José Ayuso. A pesar de los planteamientos de estos ponentes, las conclusiones tampoco nunca fueron sistematizadas ni siquiera tomados en cuenta para debatirlas. Todos fueron ponencias con novedades, conocimientos de alto nivel y propuestas atinadas, donde se destacaron de manera particular las de Fradique, Johnny y Juan José Ayuso.
La ponencia de Dagoberto Tejeda Ortiz fue sobre los aportes de Convite al merengue, la cual se fundamentó en tres hipótesis:
a).-“Que en el país existen diversas modalidades de merengue.
b.- Que el merengue no puede ser analizado en sí mismo, como expresión particular al margen de la formación social, del Poder, las clases sociales y las coyunturas políticas-sociales.
c).- Que el merengue no fue resultado de músicos académicos, sino del pueblo y que músicos profesionales luego lo llevaron al pentagrama y lo orquestaron.”
Las conclusiones fueron iguales a las que llegó el trabajo sobre el Recital-fórum de Convite en 1976, ya que las investigaciones posteriores fortalecieron y reconfirmaron a las mismas.
Después de 44 años, el evento más trascendente sobre el merengue fue la realización en el país del “Primer Congreso Internacional Música, identidad y Cultura en el Caribe” organizado por el Instituto de Estudios Caribeños (INEC) y EL Centro León, el 8. 9 y 10 de abril de 2006.
El congreso contó con la participación de académicos, músicos, artistas e investigación de diversos lugares del mundo, sobre todo del área caribeña. De acuerdo con Darío Tejeda y Rafal Emilio Yunén, redactores, las conclusiones básicas de este evento sobre el merengue fueron:
“es mestizo, hibrido, fruto de combinaciones culturales.
vive cambiando y adaptándose a influencias de otras culturas y territorios, pero se hace innovación siguiendo la tradición.
es diverso según las regiones del país y según otras naciones donde se cultiva esta música.
Sobrevive a todas las épocas y cambios : cambian el baile, la ejecución, los instrumentos, pero culturalmente hablando el merengue seguirá siendo merengue mientras el pueblo dominicano y caribeño, además, de conservarse sus rasgos musicales y su danza peculiar, lo asuma cono un símbolo eficaz de representación de su propia identidad ante el mundo”
Y como en los otros eventos, los resultados nunca han sido debatidos ni tomados en cuenta a ningún nivel…