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viernes, 31 de marzo de 2023

Cuando los amigos buenos son buenos amigos, Teófilo Quico Tabar.

Cuando los amigos buenos son buenos amigos

Teófilo Quico Tabar

Muchas veces se hace difícil comprender determinadas situaciones. Entre ellas, cuando un amigo de repente se va de este mundo. Como ocurrió con en entrañable Henry Acosta. Apenas unas horas antes me había enviado un mensaje sobre el artículo que escribí el jueves pasado, en el que referí que muchos que todavía estaban vivos y activos podrían dar testimonio, en el cual expresa textualmente: “Magnífico tu planteamiento sobre la Administración Pública y tu resumen sobre tu paso por varias dependencias y con varios Presidentes. Yo soy testigo de muchas de tus acciones”

Al recibir ese mensaje a las 11.34 am del jueves pasado, lo llamé y conversamos un rato. Al día siguiente, la infausta noticia de que Henry había fallecido.

Rosadina su hermana, que vistió los hábitos de monja, era contemporánea de mi hermana mayor. Henry me llevaba unos años y era compañero de mi segunda hermana. Su hermano Franklin, quien falleció no hace unos años, era mi compañero de estudios. Luego trabajamos juntos. Siempre se reía. Desde muchacho le decíamos risita. Siempre alegre.

Nunca olvido que en el 1957, poco después de que Salcedo fuera convertido en provincia, al salir de misa un domingo, Henry fue a mi casa, y con mi papá y mi mamá se trancaron en un cuarto a escuchar radio. En mi hogar sintonizaban emisoras “de fuera” que ofrecían informaciones sobre la situación dominicana. Tampoco olvidaré una expresión suya: “es el colmo tener que oír noticias de fuera para saber cómo estamos adentro”. Henry se incorporó desde joven al movimiento 14 de Junio. Fue a la cárcel. Fue un buen profesional, pero sobre todo un gran amigo.

Y por que hablo de buenos amigos y amigos buenos. Porque él era ambas cosas a la vez. Ya que la vida nos ha enseñado que hay quienes por diversas razones se conocen en los estudios, trabajo, política, deportes, vecindario, etc. Se establecen relaciones y se comparten, pero aún así, no todos tienen comportamientos como tal para ser denominados amigos buenos y buenos amigos.

Henry, además de buen profesional y gran ser humano, fue uno de los que nos enseñó desde pequeño a escuchar buena música. No solo 70 años atrás, sino siempre. Estando aquí o fuera, como ocurrió recientemente, desde México me envió varios videos de la música que a nosotros nos gusta. Y como siempre he mantenido un proverbio que aprendí desde pequeño, de que a los fallecidos siempre debemos recordarlos en los buenos momentos. Extrañaré mucho sus mensajes, sus videos, sus consejos, música y su positivismo.

Y como buen recuerdo de Henry, les transcribo otro trozo de otro artículo que escribí hace ya un tiempo, sobre el que me manifestó lo hacía suyo: “Todo lo que hay en nosotros de humano nos indica que la política, por grande que de hecho sea en ella la parte del arte y de la técnica, es una actividad intrínsecamente moral.

Por tanto resulta siempre una iniquidad y una perfidia realizar un acto injusto aún bajo el pretexto de que se hace en función del interés del Estado, porque la primera condición política de una buena política es que sea justa”.


jueves, 20 de octubre de 2022

La reflexión de hoy de Teófilo Quico Tabar

¿Por qué menciono tanto los conflictos de intereses?
Teófilo Quico Tabar

Muchas personas, probablemente con razón, no logran entender determinados comportamientos de algunos de nuestra generación en la administración pública. En tal sentido creo necesario exponer situaciones que expliquen o justifiquen por qué nos denominan psicorrígidos o desfasados.

La razón es que todavía quedamos algunos a quienes nos ha tocado laborar en el Estado por muchos años con esquemas arraigados. Por eso, cada vez que nos encontramos en algún grupo en el que participa Federico Lalane, hace mención a que en el año 1960 trabajábamos juntos en el Banco Agrícola. Nos iniciamos desde abajo. En una especie de centro de aprendizaje del personal y de los procedimientos.

Por ejemplo: Durante el Gobierno de transición de García Godoy en 1965, siendo secretario general de la Asociación de Empleados Azucareros, le dije a un distinguido amigo de gran comportamiento y quien apoyó al movimiento constitucionalista, designado director del CEA, que tenía conflicto de intereses. Porque él era un gran colono. El contestó que si le vendiera caña al CEA podría serlo, pero que solo le vendía caña al Central Romana.

En 1979, el presidente Antonio Guzmán me había designado director interino del CEA. El director de este importante medio, más joven que yo, pero estaba en la redacción del periódico El Sol, podrá recordar un artículo que me causó bastante distanciamiento con amigos y políticos. En él me referí a la cantidad de funcionarios y empleados, incluso administradores de ingenios que eran al mismo tiempo colonos de caña. Lo cual no era un delito, pero representaban conflictos de intereses, en virtud de que tenían que supervisarse a sí mismos.

En el año 1983, como director de la Corporación de Fomento Industrial, designado por Salvador Jorge Blanco, encontré personas amigas y de gran talento como funcionarios, pero que eran miembros del Comité de Créditos y al mismo tiempo tenían oficinas para elaborar proyectos. Lo que creaba conflicto de intereses. Fui apoyado por los miembros del Consejo del Directores. En la Secretaría de Finanzas estaba José Rafael Abinader, en el Banco Central Bernardo Vega y en Industria y Comercio José Antonio Najri.

En 1986 en la Dirección General de Aduanas, produje una Norma Interna declarando que ningún funcionario o empleado podría tener relación directa ni indirecta con Agencias Aduanales, porque eso representaba conflictos de intereses. En el 2000, durante el Gobierno de Hipólito Mejía, siendo director general de Impuestos Internos, hice algo similar.

Y aunque provocó distanciamiento y disgustos con empleados y personalidades que los apadrinaban, debo admitir que con el tiempo lograron entenderlo.

Indudablemente los tiempos han cambiado. Las nuevas generaciones tienen visiones y esquemas diferentes. Sin embargo, nunca cambiarán las causas que provocan conflictos de intereses. Representan una gran tentación a dañar las buenas intenciones. Riesgos que junto a Bienvenido Brito y otros hemos advertido.

Aunque nos definan cascarrabias o fuera de contexto, lo hacemos sin intención de fastidiar ni dificultar. Advirtiendo y recordando los apóstoles Lucas y Mateo: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No se puede servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.

Teófilo Quico Tabar

viernes, 5 de agosto de 2022

La Lotería Nacional le responde a los banqueros de bancas de apuesta.

Santo Domingo, Rep. Dom 
Viernes 5 agosto 2022
Con relación a la notificación de Fenabanca mediante acto de alguacil No. 160/2022, en el que advierte y hace formal acto de oposición a que el Estado se abstenga de cobrar los impuestos a todos los dueños de bancas, establecidos en la ley 139-11, que se acogieron al proceso de regularización de bancas, tenemos a bien informar que conforme a la ley a que hacen referencia, de fecha 24 de junio de 2011, todos los contribuyentes del sector tienen la obligatoriedad del cumplimiento a lo establecido en el artículo 2 de la precitada ley.
En ese sentido, todos los contribuyentes que se acogieron al plan de regularización tienen la obligación del pago tributario, en vista de que, en sus declaraciones juradas, declaran la operatividad de sus bancas.
La intención del Consejo de Seguimiento ha sido, tal como se ha declarado innúmeras veces, que tanto el Ministerio Hacienda, la Dirección de Casinos y Juegos de Azar, como la Dirección General de Impuestos Internos, juntamente con el Consejo, procedan a depurar, cuales de ellas cumplen o no con los requisitos establecidos en las leyes y reglamentos. 
El envió a la DGII del listado preliminar de las bancas que se acogieron al plan de regularización para fines de pago, establece claramente que esto no representan aceptación ni registro definitivo de dichas bancas. Puesto que, los organismos del Estado con la colaboración del propio Consejo de Seguimiento, donde están representados todos los sectores ligados al juego de apuestas, colaboraran para la depuración y confección de la base de datos definitiva. 
La Dirección de Casinos ha estado remitiendo al Procurador General de Corte del Distrito Nacional, designado para tales fines, todos los expedientes de oposición notificados ante esta institución, para los fines procedentes.
En tal virtud, hemos considerado necesario, que todas las bancas que estén operando, tienen la obligación de cumplir con el pago de tributos, hasta tanto los organismos competentes, especialmente el ministerio público y el poder judicial, determinien la situación de legalidad de cada una.   
Dirección de Casinos y Juegos de Azar


jueves, 7 de abril de 2022

Reflexión de Teofilo Quico Tabar

 Temor al presentimos en la administración

Quico Tabar
No es la primera vez que menciono la expresión presentismo. El conocido escritor y amigo Leonte Brea, hace ya 27 años escribió magistralmente y con profundidad sobre dicho tema, con una visión aplicable básicamente a la materia política. Tampoco me refiero a lo que algunos podrían entender como contraposición al ausentismo, sobre todo después de la pandemia que obligó a millones de personas a ausentarse de los lugares, tanto centros de trabajo como de estudios. He tratado de hacerlo de forma simple.


Más que otra cosa enfoco el presentismo como una especie de consejo o advertencia a quienes de alguna manera participan en la administración pública. Por la concepción que tienen algunos de que, ni el pasado ni el futuro tienen importancia. Que lo que debe prevalecer es el hoy. El ahora. Ignorando lo que puede suceder mañana. Y eso está de alguna manera ligado a ciertos y determinados comportamientos comprometedores.

Porque aunque algunas formas de pensamiento sugieren que ni el pasado ni el futuro deben ser tomados en cuenta en sus actuaciones o forma de vivir o ver las cosas, ignorarlos es un error; sobre todo, reitero, para quienes asumen cargos públicos, pensar que el futuro no existe. Y mucho menos que ese futuro será igual al hoy, al presente.

Ver o pensar de esa forma conduce, si se quiere, hasta la obnubilación. Y la obnubilación no es sino un bloqueo mental que hace perder a muchos en el tiempo y el espacio. Lo que comúnmente puede conducirlos a perder la visión de la realidad presente e ignorar o minimizar un futuro que, aunque no lo domine ni lo determine, de seguro que será diferente o podrá cambiar drásticamente.

Pensar que mañana todo será igual, o que quienes así piensen conservarán las posiciones que ocupan hoy, es un tremendo error. Esa equivocada percepción, provocadora de pérdida de objetividad, se puede convertir, como ha ocurrido en muchos casos, en provocadora de graves problemas. En fracasos personales e institucionales.

Creer que las cosas que se les facilitan a muchas personas cuando ocupan alguna posición gubernamental e incluso privada serán permanentes, y que nunca dejarán los cargos, es otro tremendo error. Entender que las loas que se les dicen y las pleitesías que se les rinden en función del cargo que ostentan en diferentes áreas serán eternas, es una ilusión equivocada.

Por eso siempre es aconsejable, sobre todo para los más jóvenes, aunque valido para todas las edades, no confundir jamás las aureolas que ofrecen los cargos con las supuestas dotes personales que tienden a señalar los que buscan aprovecharse de las debilidades humanas.

Jamás confundir el presentismo, o momento de particularidades especiales por el usufructo de una posición momentánea o pasajera, con la eternidad. Porque podrían llegar momentos difíciles. Aquellos que define el libro sagrado como de rechinar de dientes.

Por eso, más que presentismo, deben tener en cuenta el realismo. Tomar conciencia de que el futuro existirá, temprano o tardío. Estar conscientes de que muchas invitaciones, visitas o regalos, desaparecerán. Lo aconsejable es vivir el presente de manera tal, que en el mañana, que podría ser pronto, no se produzcan frustraciones ni desengaños.